EL LOBBY EN NUESTRA LEGISLACION

Desde hace ya un tiempo prolongado se habla en medios periodísticos de la ley del Lobby y de lo difícil que ha resultado su aprobación en nuestro Congreso Nacional. En ese sentido se señala que su poco avance se debe justamente a estos grupos de presión que intentan que dicha actividad no sea regulada por la ley.

El día martes 21 del mes en curso, el Senado aprobó la regulación del Lobby, por lo cual dicha iniciativa legal está a un paso de convertirse en ley en nuestro país. Esta iniciativa legal de mucha importancia, sin embargo, para el común de las personas es poco entendida, pues no existe una clara noción de qué es el Lobby y de porqué es importante que se regule dicha actividad.

El Lobby es una palabra de origen inglés, que significa “vestíbulo”, “salón de espera”, y tiende a identificar a personas con intereses comunes que realizan acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública para promover decisiones favorables a los intereses de ese sector concreto de la sociedad.

Hacer lobby, en términos generales, podría describirse como aquella forma de ejercer presión que realizan ciertos grupos. Por lo general, se trata de presión política y económica que realizan determinados grupos a fin de tener cierta influencia en los poderes legislativo, ejecutivo y judicial de un Estado. Lo anterior se realiza de forma indirecta, ya que los miembros de estos grupos de presión por lo general no trabajan en las instituciones de los poderes del Estado.

En términos más simples, podemos decir que hacer Lobby es tratar de convencer a la autoridad ya sea política, económica o judicial de lo beneficioso que pueda resultarle el escuchar mi opinión sobre algún asunto en particular, obviamente con la idea final de que la autoridad tome una decisión que beneficie al sector que representa el lobbista.

No es una actividad ilegal, pero sí puede ser controvertida, pues al no existir un marco regulatorio puede llevar a desconocer los argumentos que llevan a una autoridad a decidir un asunto de una manera y no de otra. Si bien el Lobby no es una actividad que atente contra la moral y menos aún contra la legislación, es importante saber quienes son las instituciones que se dedican a hacer Lobby, y su grupo de interés y sus posibles conexiones con las autoridades.

El proyecto de ley tiende a crear un registro de lobbistas y tambíen saber quienes pueden ser los sujetos pasivos de dicha actividad.

El problema surge en el tipo de sanción a la cual se expone el lobbista por infringir dicha normativa, pues entre otras cosas hay una pena de multa que irá de 10 a 50 UTM, esto es de $409.350 a $2.046.750, lo cual de acuerdo a la materia en discusión o los intereses involucrados puede ser un castigo muy leve y que no sea un estímulo a los lobbistas de someterse a la legislación, pues el beneficio a percibir puede ser mucho mayor que el castigo pecuniario al que se prodrían ver expuestos.

Existen sectores en donde el lobby es muy fuerte, tales como el sector pesquero y minero, por lo cual es importante saber cómo votan nuestros legisladores en tal sentido.

Ir al contenido